por Juanjo Romero
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Sugerente reflexión de la bloguera provida Jill Stanek a raíz de la impresionante foto de una cesárea en la que no se rompió «la bolsa». Fue publicada por el Dr. Aris Tsigris, el médico encargado del parto.
El bebé ya está fuera del seno materno, pero según muchas legislaciones todavía puede ser asesinado, todavía no ha respirado, todavía vive feliz y pacíficamente pensando que está en el útero. No se ahoga porque vive dentro de la bolsa y se alimenta de la placenta. En unos instantes romperán la bolsa y respirará.
Previsiblemente llorará, totalmente inconsciente de que en muchos lugares, muchas personas podrían matarlo «legalmente» hacía sólo unos segundos. E incluso en países como en España, los abortistas habrían considerado que tenían el «derecho» de hacerlo. A fin de cuentas, técnicamente no había nacido.
¿Cuál es la diferencia de que la bolsa esté en seno materno o fuera de él? Las personas no se desarrollan a escalones, era igual de persona antes de la primera bocanada de aire que en el preciso momento de la fotografía.
Es más, para un abortista, tal como arguyó Alisa LaPolt Snow, de la multinacional del aborto Planned Parenthood, si el intento de aborto se te escapa vivo, tienes todo el derecho del mundo a poder rematar la faena. Todo sea por los «derechos reproductivos». Al fin y al cabo, tampoco hay mucha diferencia entre esta foto provida y un la de un aborto por histerectomía.
Es un buen retrato moral de la sociedad actual. Y creo que todavía hay quien piensa que el problema que tenemos es de índole económica.
infocatolica.com
Enviado por Paco desde Madrid.
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