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La novela que te hará pensar

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"Otro Génesis posible" - La novela de Daniel Galatro

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lunes, 23 de diciembre de 2013

¿Es la separación un pecado grave?


La separación (de cuerpos) sin causa grave, es pecado grave. Es tan grave una separación, que sólo el Obispo tiene potestad establecer que una causa de separación es legítima.
Salvo que la demora implique peligro, nadie debe separarse sin aprobación del Obispo, quien determina si realmente existió causa legítima (adulterio, peligro espiritual o corporal, condiciones demasiado duras para la vida en común).

En el casamiento, los esposos prometieron a Dios:
“prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida”.

Catecismo de la Iglesia Católica
2382 El Señor Jesús insiste en la intención original del Creador que quería un matrimonio indisoluble (cf Mt 5,31-32; 19,3-9; Mc 10,9; Lc 16,18; 1 Co 7,10-11), y abroga la tolerancia que se había introducido en la ley antigua (cf Mt 19,7-9).
2397 La alianza que los esposos contraen libremente implica un amor fiel. Les confiere la obligación de guardar indisoluble su matrimonio.

¿Qué piensa Dios de la separación?

Mateo 19
4 El respondió: «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y mujer,
5 y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?
6 De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.»

1 Corintios 7
10 En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido,
11 mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no despida a su mujer.

Efesios 5
21 Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo.
22 Las mujeres a sus maridos, como al Señor,
23 porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo.
24 Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
29 Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia,
30 pues somos miembros de su Cuerpo.
31 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.
32 Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.
33 En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.

Código de Derecho Canónico

Art. 2 De la separación permaneciendo el vínculo
C1151 Los cónyuges tienen el deber y el derecho de mantener la convivencia conyugal a no ser que les excuse una causa legítima.
C1152 P1 Aunque se recomienda encarecidamente que el cónyuge, movido por la caridad cristiana y teniendo presente el bien de la familia, no niegue el perdón a la comparte adúltera ni interrumpa la vida matrimonial, si a pesar de todo no perdonase expresa o tácitamente esa culpa, tiene derecho a romper la convivencia conyugal, a no ser que hubiera consentido en el adulterio, o hubiera sido causa del mismo, o él también hubiera cometido adulterio.
P2 Hay condonación tácita si el cónyuge inocente, después de haberse cerciorado del adulterio, prosigue espontáneamente en el trato marital con el otro cónyuge; la condonación se presume si durante seis meses continúa la convivencia conyugal, sin haber recurrido a la autoridad eclesiástica o civil.
P3 Si el cónyuge inocente interrumpe por su propia voluntad la convivencia conyugal, debe proponer en el plazo de seis meses causa de separación ante la autoridad eclesiástica competente, la cual, ponderando todas las circunstancias, ha de considerar si es posible mover al cónyuge inocente a que perdone la culpa y no se separe para siempre.
C1153 P1 Si uno de los cónyuges pone en grave peligro espiritual o corporal al otro o a la prole, o de otro modo hace demasiado dura la vida en común, proporciona al otro un motivo legítimo para separase, con autorización del Ordinario del lugar (por ejemplo, Obispo) y si la demora implica un peligro, también por autoridad propia.
P2 Al cesar la causa de la separación, se ha de restablecer siempre la convivencia conyugal, a no ser que la autoridad eclesiástica determine otra cosa.

Nota: El peligro espiritual se refiere a cuando uno de los cónyuges abandona la fe católica para unirse a una secta y obliga al otro y/o a los hijos a hacer lo mismo, o no permite que su cónyuge practique su fe, o lo obliga a cometer algún acto inmoral. El peligro físico es cuando existe violencia - física o mental - en el trato con el otro cónyuge o los hijos, sea por enfermedad mental, o por vicios.

Fuente: http://www.portumatrimonio.org/catolico/v/divorcio-y-separacion-de-cuerpos/

C1154 Realizada la separación de los cónyuges, hay que proveer siempre de modo oportuno a la debida sustentación y educación de los hijos.
C1155 El cónyuge inocente puede admitir de nuevo al otro a la vida conyugal, y es de alabar que así lo haga; y, en ese caso, renuncia al derecho de separarse.
C1153P1 Si uno de los cónyuges pone en grave peligro espiritual o corporal al otro o a la prole, o de otro modo hace demasiado dura la vida en común, proporciona al otro un motivo legítimo para separase, con autorización del Ordinario del lugar y si la demora implica un peligro, también por autoridad propia.
P2 Al cesar la causa de la separación, se ha de restablecer siempre la convivencia conyugal, a no ser que la autoridad eclesiástica determine otra cosa.
C1155 El cónyuge inocente puede admitir de nuevo al otro a la vida conyugal, y es de alabar que así lo haga; y, en ese caso, renuncia al derecho de separarse.

Incapacidad de perdonar
Mateo 6
9 «Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;
10 venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
12 y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;

Hechos 8
22 Arrepiéntete, pues, de esa tu maldad y ruega al Señor, a ver si se te perdona ese pensamiento de tu corazón;
23 porque veo que tú estás en hiel de amargura y en ataduras de iniquidad.»

Mateo 6
22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo de la gehenna de fuego.
23 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26 Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

Mateo 18
21 Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?»
22 Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
23 «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.
24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos.
25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase.
26 Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: “Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré.”
27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
28 Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: “Paga lo que debes.”
29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: “Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré.”
30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía.
31 Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido.
32 Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: “Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste.
33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?”
34 Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.
35 Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.»

Oseas 6
6 Porque yo quiero amor, no sacrificio.

Mateo 9
13 Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio.

Jesús en el Diario de Santa Faustina (1317) dijo: “Si el alma no practica la misericordia, no conseguirá Mi misericordia el día del juicio.”

Negación del débito conyugal
Éxodo 21
10 Si toma para sí otra mujer, no le disminuirá a la primera la comida, ni el vestido ni los derechos conyugales.

1 Corintios 7
1 En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer.
2 No obstante, por razón de la impureza, tenga cada hombre su mujer, y cada mujer su marido.
3 Que el marido dé a su mujer lo que debe y la mujer de igual modo a su marido.
4 No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer.
5 No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia.
6 Lo que os digo es una concesión, no un mandato.
7 Mi deseo sería que todos los hombres fueran como yo; mas cada cual tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera, otros de otra.

San Pablo es clarísimo: un cónyuge no debe negarse al otro.

La planificación familiar anticonceptiva es siempre pecado grave.
La planificación familiar natural sin causa grave, es pecado grave (objetivamente, porque subjetivamente sólo Dios y la persona lo saben).

Deber de corrección fraterna
Lectura del profeta Ezequiel 3, 16b-21
El Señor me habló y me dijo a mí, Ezequiel:
"Hijo de hombre, yo te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, se la anunciarás de mi parte.
Si yo le digo al malvado que es reo de muerte, y tú no se lo adviertes para que cambie su mala conducta y conserve la vida, entonces el malvado morirá por su culpa, pero yo te pediré cuentas de su vida. Pero si tú se lo adviertes y no se arrepiente de su maldad y de su mala conducta, entonces él morirá por su culpa y tú salvarás tu vida.
Y si el justo se aparta de su vida justa y comete maldades, yo le pondré un tropiezo y morirá. Porque no se lo advertiste va a morir por su pecado y no se tendrán en cuenta las buenas obras que hizo, pero a ti te pediré cuentas de su vida. Y, por el contrario, si tú le adviertes al justo para que no peque y él no peca, ciertamente conservará su vida, porque se lo advertiste, y tú también salvarás tu vida".
Palabra de Dios.

Sagrada Familia, que nunca os separasteis, ni siquiera por un censo y a punto de dar a luz, ¡ruega por nosotros!

¡Que el amor de la Navidad renueve nuestros corazones!
¡ Ave María puríssima !
Gracias por tu apoyo. Recemos unos por otros.
Unidos en el Corazón de la Sagrada Familia,
El equipo de voluntarios de IESVS.org
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**Visita: http://elportaldeolgaydaniel.blogspot.com.ar/

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