Judaísmo y religión - por Samuel (Milo) Auerbach

Un punto de vista.

Un hecho que da para analizar, ocurrió mientras estuve hospitalizado por una afección de poca gravedad. Mi compañero de pieza era un judío religioso que no faltó ni una sola vez a las citas diarias que la religión le imponía. Viendo que yo no hacía lo mismo, me preguntó en una oportunidad si yo era judío. Por supuesto le dije que sí. Casi de inmediato salió de su boca la pregunta que yo esperaba: ¿Entonces dime, cómo es que eres judío si no tienes tu cabeza cubierta ni rezas todas las mañanas?. Fueron vanas todas la explicaciones que le di. No tengo la menor idea en qué grupo de personas me ubicó, pero estoy seguro que no me consideró judío aunque haya nacido de un vientre judío. Allá él. Hay quienes me consideran judío solamente por eso, por descender de madre judía. Otros lo hacen con solo descubrir que tuve un ancestro lejano judío, como sucedía en la criminal Alemania nazi. No estoy de acuerdo con esta gente ni con lo que al respecto piensa mi ex compañero de habitación. Con éste último no estoy de acuerdo porque enlaza al judaísmo con la religión, y con los otros porque asemejan el judaísmo al racismo.

Existe otra causa que a mí me hace judío a pesar que, sin ser ateo, no profese ninguna religión. Esta frase que parece una contradicción, en realidad no lo es. Aclararé el porqué aunque me escape momentáneamente del tema. El ateo por definición niega la existencia de Dios. Pero no todos los que no son religiosos deben indefectiblemente negar su existencia y censurar a las religiones. Yo soy uno de ellos. Y como yo, supongo que pueden haber otros. Creo en un Dios que no es malo ni bondadoso. No castiga ni premia. No bendice ni maldice. No atiende pedidos ni acepta alabanzas. Sin regir el destino de nadie, no exige veneración ni culto alguno. Creo en un Dios que no puede ser usado para obligar al hombre a no pecar, y que no se presta para que en su nombre maten y destruyan. El Dios en el que yo creo es un ente abstracto que no puedo definir, que brota en mí cuando observo tanta grandiosidad, belleza y perfección a mi alrededor, cuando noto que es infinito lo que aún me queda por saber, y cuando compruebo que son innumerables las incógnitas que no sé ni sabré jamás cómo explicar.

Si no es la religión, ¿qué es lo que entonces hace que lleve al judaísmo tan dentro de mí?. Todos saben que si un niño es criado entre monos, de grande se sentirá mono. No sabrá hablar ni comerá con cubiertos como sucedió con Tarzan, el hombre mono que todos los mayores recordamos. No son pocos los casos en que un niño judío criado por cristianos que no reparan en inculcarle su religión, como adulto resulta católico profesante aunque en sus venas fluya sangre judía. Aún si se comprueba que su origen es judío, para sí mismo y para el mundo será cristiano, musulmán o budista, según lo que mamó durante su crianza y educación. Él será lo que le dictarán las ideas que sus sentimientos cincelaron, y no por su sangre heredada que en nada actúa sobre su voluntad.

Yo fui criado en un ambiente en donde se cantaba canciones judías, se escuchaba su música y se comía comida típica judía. Se leían autores judíos, se relataba historia judía y se respetaba su tradición. Nunca me obligaron estudiar en Yeshivot (escuelas religiosas judías), aunque de niño estudié algún tiempo en una escuela donde aprendí a escribir y leer en idish. Llevo con orgullo bajo mi piel esa educación que me hace sentir judío. ¿Existen religiosos judíos que pueden decir que no soy judío?. Lamentablemente debo decir que sí. No son todos pero son muchos. Son aquellos que fueron criados en ese ambiente que considera judíos solamente a los que veneran y rinden culto a su Dios. No lo ven de otra manera porque así se lo hicieron ver desde que comenzaron a ser conscientes, y por ello no modificarán su concepto por mayor que sea la insistencia de los que quieren convencerlos que es posible ser judío y no religioso a vez. Tampoco se los podrá convencer que en la actualidad, con el advenimiento del Estado de Israel como país del pueblo judío, para mantener sus costumbres, su tradición y su cultura ya no es indispensable la religión, que fue lo que mantuvo vigente al judaísmo durante los dos mil años en que los descendientes de Abraham deambularon dispersos por el mundo.

Samuel (Milo) Auerbach
Natanya, Israel.
---
Publicado en: http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Mundo_Judio/54577/
---

**Visita: http://elportaldeolgaydaniel.blogspot.com.ar/