CERCA de cuarenta personas han sido asesinadas en Jos (Nigeria), y casi un centenar han resultado heridas cuando acudían a celebrar la Nochebuena, víctimas de hasta seis bombas activadas por la facción islamista Boko Haram. En Filipinas, en la isla de Jolo, un grupo de rebeldes vinculados a Al-Qaeda hizo estallar otro artefacto explosivo en una iglesia, durante la celebración de una misa, provocando heridas de diversa gravedad entre los fieles. En Irak, las comunidades católicas son obligadas al exilio y la diáspora, ante el temor de nuevas hecatombes como la que hace apenas un par de meses se perpetró en Bagdad, con casi sesenta muertos. Es el reverso oscuro de la Navidad, que no resulta del todo comprensible si olvidamos los episodios de la matanza de Herodes y la huida a Egipto; con la única diferencia de que hoy los cristianos ni siquiera pueden huir a Egipto, donde la Iglesia copta padece también enconada persecución.
(Enviado por Julio Victorio Puzzillo)
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