Foto: Marcha por la Vida del 26 de mayo, en Santiago de Chile.
Uno de los países más pro-vida del mundo actualmente se encuentra inmerso en una tensa batalla en la que los promotores del aborto deberían enfrentar la realidad: el aborto no resuelve los problemas de un país.
En 1989, mientras algunos buscaban instaurar el aborto como derecho, Chile aprobó una ley que hizo ilegal esta práctica en todos los casos. Solo cinco países en el mundo -incluyendo Malta, El Salvador, Nicaragua, y República Dominicana- mantienen en la actualidad una legislación que con tanta claridad protege la vida humana desde la concepción.
Hace 25 años, muchos países del mundo optaron por legalizar el aborto presentándolo como una solución para los problemas de salud de las mujeres y una forma de eliminar de la pobreza. Cuando el aborto se posicionó como un “avance” en la igualdad de la mujer, Chile fue contra corriente.
En la actualidad, según el Informe de Desarrollo Humano Mundial (elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), Chile es el país “más desarrollado” de toda América Latina. En los últimos años, se ha hecho conocido por ser el país más estable y confiable en términos políticos y económicos en la región.
Si bien aún existe gran desigualdad económica y hay una genuina preocupación por un sistema educativo criticado por lucrar con los estudiantes, Chile destaca por su enorme potencial político y económico, en medio de vecinos que experimentan una importante crisis económica y política como Argentina, Bolivia y Venezuela.
Los chilenos eligieron este año como Presidenta a la socialista Michele Bachelet, para un segundo periodo de gobierno, tras la pausa de cuatro años exigida por la Constitución, que no permite la reelección inmediata.
En estos últimos cuatro años, Bachelet estuvo a cargo de ONU Mujeres – Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, cuestionada por impulsar la legalización del aborto en el mundo.
En sus primeros 100 días al mando de la nación, la Presidenta Bachelet promovió un “diálogo maduro” sobre la legalización del aborto.
Posteriormente, los defensores del aborto comenzaron una campaña de desinformación usando los típicos argumentos para promover su legalización: que reducirá el número de muertes maternas, aliviará la pobreza y proporcionará a la mujer más control sobre su cuerpo.
Los políticos y medios de comunicación de izquierda comenzaron a publicar cifras sobre el aborto del Instituto Guttmacher, la organización que hace pocos años alentó la legalización del aborto en México multiplicando por casi diez veces -sin justificación alguna- el número de abortos clandestinos en Ciudad de México.
Lo que resulta diferente en esta lucha por la vida es que el aborto ha sido en el pasado legal en Chile. Existen estadísticas sobre el periodo previo y posterior a la legalización del aborto y los datos están considerablemente inclinados a favor de la postura de que el aborto no resuelve los problemas de salud de la mujer.
El Dr. Elard Koch, director del Centro de Medicina Embrionaria Experimental y Salud Materna, también conocido como el Instituto MELISA, ha realizado importantes estudios que muestran que un país está mucho mejor si no legaliza el aborto.
En una presentación para las Naciones Unidas en el año 2013, el Dr. Koch presentó estadísticas que muestran que una de las principales consecuencias de legalizar el aborto es que se realizarán más abortos y no ocurrirán menos muertes maternas. La legalización del aborto, argumentó Koch, también altera el comportamiento. Luego de la legalización del aborto en España, la proporción de mujeres que se sometieron a un segundo aborto alcanzó el 35 por ciento de todos los abortos realizados en 2010.
Durante su presentación, Koch mostró datos que también cuestionan la creencia popular de que el aborto concede a la mujer un mayor control sobre su cuerpo. En su informe, el experto mostró que la coacción y presión por parte de la pareja y los padres para que se someta a un aborto fue la razón principal que las llevó a abortar, con el 44 por ciento de todos los casos.
Sobre la salud de la mujer, Koch indicó en otros estudios que la mortalidad materna en Chile ha disminuido en casi un 95 por ciento en los últimos 50 años, el segundo mejor índice de todo el continente e incluso mejor que las cifras de Estados Unidos.
Cuando estos datos salieron a la luz, los defensores del aborto abandonaron el llamado de la presidenta Bachelet a un “diálogo maduro” sobre esta problemática y han comenzado a utilizar tácticas agresivas para burlarse y silenciar a la Iglesia Católica y a los líderes pro-vida en Chile.
El movimiento pro-vida a nivel mundial no puede pasar por alto lo que ocurre en este país ubicado en un rincón del mundo. Aquí tenemos evidencias reales de que un país sin aborto es mejor no solo para el no nacido sino también para la mujer.
Comentario: lo que ocultan los abortistas es que luego de un aborto, se incrementan notoriamente la probabilidad de prematurez y complicaciones en el parto del siguiente hijo (incluso deseado), incrementando la mortalidad materna. Por eso Chile tiene mejores indicadores que los EE.UU. donde el aborto "libre, legal y seguro" incrementa la muerte de mujeres. No hay nada más anti-feminista que promover el aborto.
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