Si nos engañan fácilmente es porque nos engañamos a nosotros mismos, y cuando esto sucede, somos presa fácil. Si no se ciega y no se conoce a sí mismo, tampoco puede conocer a otros. Pero cuando Dios nos disciplina, nos toca, nos instruye, entonces nos conocemos a nosotros mismos, tocamos algo real y sabemos cómo actúa el Espíritu de Dios en nosotros; al conversar con una persona, inmediatamente sabremos si actúa por sí misma o por el Espíritu de Dios. El discernimiento espiritual es el resultado de tocar la realidad espiritual. Aquellos que no han palpado la realidad, se engañan a sí mismos y a los que están en la misma condición espiritual. No pueden engañar a aquellos que reconocen lo que es del Espíritu y que saben lo que es vivir en el Espíritu. Tampoco pueden engañar a la iglesia. Piensan que son espirituales, pero lo extraño es que la iglesia nunca les dice amén. Cuando la iglesia no nos responda con un amén, debemos confesar nuestros pecados. Si los hermanos no responden con un amén, esto significa que no tenemos realidad.
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Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento y los versículos del Antiguo Testamento, de la versión Reina Valera 1960. Las "Palabras del ministerio" provienen del libro El Espíritu Santo y la realidad, escrito por Watchman Nee. Ambos son publicados por Living StreamMinistry, Anaheim, CA.
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