Haciéndose eco de una periodista judía del New York Times, la prensa internacional ha difundido que desde el Vaticano se dio la orden a los obispos de encubrir los casos de pederastia y no denunciarlos a la autoridad pública.
En resumen:
El supuesto documento del Vaticano no dice lo que le hacen decir, aún retorciéndole las palabras.
Ratzinger no tuvo nada que ver: él estaba en otra secretaría y no debía ocuparse de esos temas.
Lo que sí dice el documento es que:
1. El borrador presentado por la conferencia episcopal irlandesa no cumplía con el código de derecho canónico y por lo tanto se les sugiere modificarlo, no es una orden sino una sugerencia.
2. El problema principal era la cláusula de obligatoriedad de denunciar a la policía toda acusación, ya sea verdadera o falsa. Esto presenta dos problemas:
a. Muchos potenciales denunciantes no harían la denuncia al obispo porque no quieren tener que ser obligados a declarar en un juicio, volviendo a abrir heridas y traumas, traumas que tal vez no quieren que sus familiares se enteren y menos que toda la prensa divulgue, afectando su vida privada para siempre. La cláusula generaba el efecto contrario al que se buscaba: menos denuncias, más culpables libres de seguir abusando…
b. Muchos sacerdotes serían acusados injustamente (generalmente por odio a la verdadera religión, tal como sucedió con el sacerdote argentino Julio Grassi que fue condenado con un solo falso testimonio www.causagrassi.org ) y los obispos serían cómplices de esta injusticia al entregarlos a la policía. Como todo padre de familia un obispo tiene la obligación de analizar si hay elementos concretos y verificables que justifiquen una acusación antes de tomarla en serio. ¿Acaso tú entregarías a tu propio hijo cuando has visto que la acusación es falsa? No seamos hipócritas. El borrador de los irlandeses justamente hubiera obligado a entregar aún al inocente.
c. Los obispos no podrían aplicar penas canónicas, debido a que el sacerdote acusado (aún justamente) podría apelar al Vaticano por no haberse cumplido con el código de derecho canónico. Una vez más, la cláusula lograría el efecto contrario al buscado: el culpable quedaría sin castigo canónico… al menos por un tiempo.
Una vez más, el Vaticano tenía razón. Una vez más el New York Times y la prensa ataca la Iglesia con mentiras.
Nota aclaratoria: el artículo del Register comete el error de tomar a Wikipedia como fuente de información para cuestionar al Cardenal Castrillón. En el punto 2.b. explicamos por qué dicho cuestionamiento por parte de Wikipedia es falso.
Fuente: iesvs.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario