2012 - La película que tomó en serio las profecías mayas

2012 es una película de catástrofes naturales dirigida por Roland Emmerich y distribuida por Columbia Pictures. El reparto incluye a John Cusack, Amanda Peet, Danny Glover, Thandie Newton, Oliver Platt, Chiwetel Ejiofor y Woody Harrelson. La grabación comenzó en agosto de 2008 en Vancouver. Su lanzamiento mundial estaba originalmente previsto para el 10 de julio de 2009, pero fue pospuesto para el 13 de noviembre de 2009. La película está ambientada en la actualidad; solo menciona superficialmente la cultura maya y el calendario mesoamericano de Cuenta Larga.

Según el argumento del film, la Tierra será destruida en el año 2012, tal como lo predice el calendario maya.

Todo comienza años antes, en 2009, cuando Adrian , uno de los científicos, viaja a la India, donde encuentra a su amigo Satnam que ha descubierto que el Sol sufre las mayores tormentas solares en la historia de la humanidad, lo que ha ocasionado que los neutrinos empiecen una serie de reacciones físicas que elevarán la temperatura del núcleo de la Tierra.

Adrian retorna a Washington D. C., donde encuentra al jefe de gabinete que de inmediato informa al presidente de los Estados Unidos.

En el 2010, cuando ya se han confirmado por medios científicos los eventos catastróficos que vendrán, el presidente informa a las demás cabezas de estado durante la 36ª reunión del G8.

Llegado el 2012 suceden suicidios masivos de personas que se regían por el calendario maya en la ciudad maya de Tikal en Guatemala.

Ocurren sismos por todo el mundo y la teoría es que las placas tectónicas acabarán por desestabilizarse y crearán la mayor oleada de terremotos y tsunamis en la historia de la humanidad. En Washington D. C. se informa que la nube de cenizas llegará a la ciudad en 7 horas y que arrasará con todo a su paso con cenizas.

Todos los sucesos son catastróficos. Hawaii es destruido por varios flujos de lava, la India es sumergida por tsunamis, mientras el Himalaya empieza a inundarse.

Veintisiete días después de la catástrofe, las naves con los pocos sobrevivientes viajan en el nuevo océano que ha aparecido sobre lo que era Asia, y reciben información vía satélite de que el Cabo de Buena Esperanza y casi toda África se han salvado gracias a los sísmos, que los elevaron miles de metros, quedando África como único continente, donde finalmente se dirigen.

De eso trata , a grandes rasgos, la película. Tan espectacular como se esperaría que fuera.
Durante su estreno, la película recibió críticas negativas por parte de los críticos. El 39% de los críticos de cine dio una revisión positiva con una puntuación media de 5 sobre 10.
Los críticos citaron numerosas inexactitudes científicas, guión flojo y fuerte dependencia de las imágenes por ordenador, mientras que otros los elogiaron.

Ahora bien, ¿tiene sentido evaluar científicamente un entretenimiento cinematográfico que solamente pretendía asustar hoy con la destrucción de casi todo el mundo como antes otros directores lo hicieron con el monstruo del Dr Frankenstein?
A muchos les gustó la película, a otros nos pareció elemental aunque realizada con bastante dinero y tecnología. Pero, ¿cuántos se la habrán creído como muestra anticipatoria de una realidad de poco tiempo en más?