Excelente testimonio

Ver aquí:
https://www.youtube.com/watch?v=PkIRbtDLYJI

Comentario:

Muy buena la diferencia entre vivir en el tren subterráneo respecto a la luz del Sol.

Qué valentía en dejar la vieja vida: ojalá se escuchara su testimonio en todas partes.

Pidamos a la Beata Laura Vicuña quien dio su vida para que su madre se convierta, por las familias y el éxito apostólico del Sínodo de obispos sobre la familia.

El verdadero amor es comunión indisoluble y fecundidad en grado heroico... que las familias sean unidas fecundas como la Santísima Trinidad.

Todos los sacramentos dependen de un signo físico visible. En el matrimonio el sacramento no es el anillo, son los cónyuges: el marido es sacramento para su mujer y la mujer, sacramento para su marido. Al vivir en común-unión, están en comunión todos los días.

Quien se separa sin causa grave avalada por el Obispo, no puede comulgar porque rompió la unión indisoluble, la comunión esponsal establecida por Dios. Distinto es el caso cuando a pesar de la apariencia externa de matrimonio (incluso con hijos o nietos), en realidad no lo hubo porque fue nulo en su raíz (por ejemplo, casándose creyendo que si las cosas iban mal se divorciarían y volverían a juntarse con otro, es decir casándose sin consentir en la indisolubilidad del matrimonio sacramental hasta que la muerte los separe).

Ay de quienes amenazan a su cónyuge en separarse por temas no graves y sin antes consultarlos al Obispo: están “amenazando” a Cristo mismo con separarse de Su comunión...se están amenazando a sí mismos con condenarse al infierno eterno al destruir una familia que debe ser “Iglesia doméstica”, imagen del Amor Trinitario, amor que se mostró hasta el extremo de la Cruz... es más, ya con sólo desearlo se han separado de Cristo y objetivamente han cometido un pecado mortal (subjetivamente sólo lo sabe Dios y la conciencia)... esto sin contar con que los estudios muestran que los niños que crecen sin padre o sin madre por razones evitables tienen gravísimos problemas psicológicos y afectivos que les impactarán toda la vida (a no ser que intervenga la gracia sanadora de Dios).

Recemos mucho por la unidad de las familias. ¡Qué difícil conocer el Amor del Padre quien no tiene el amor de su padre! ¡Qué difícil conocer el amor de María, quien no tiene el amor de su madre!

Divorciados en nueva unión: ¿acaso no saben que lo más precioso que les confió Dios es el alma inmortal de su verdadero cónyuge y las de sus hijos? ¿No ven el peligro de condenarse eternamente que corren sus hijos por su separación y mal ejemplo? ¿Cómo van a entender y amar la religión que puede salvarles pero que enseña rectamente que sus padres en nueva unión, a quienes tanto deben y tanto aman, se pueden condenar al infierno eterno? ¿No les importa que sus hijos se condenen al infierno eterno?

Ay de los Sacerdotes que por una falsa misericordia y por evitar incomodidades dejan que comulguen los divorciados en nueva unión. Están dejando que “coman y beban su propia condenación” y darán cuenta de este sacrilegio el día del Juicio. Recemos por ellos y corrijámosles fraternalmente, sino nosotros cargaremos con ese pecado horrible también.

¡ Ave María puríssima !
Gracias por tu apoyo. Recemos unos por otros.
Unidos en el Corazón de la Sagrada Familia,
El equipo de voluntarios de IESVS.org